sábado, 22 de noviembre de 2008

007 QUANTUM OF SOLACE


Lo de elegir directores con una personalidad cinética marcada, o cierto prestigio o seguidores, es algo más propio de la saga de Misión Imposible que la de James Bond. Lo que me vengo a referir es que los productores de la saga Bond (Me refiero a la familia Broccoli), siempre ha preferido contratar a algún profesional conocido por su capacidad para ser obediente. Las películas de Bond siempre se han caracterizado por ser todas iguales. No se notaba la mano del director. Por lo menos no se diferenciaban entre ellas, casi.
Cuando encargan a Martin Campbell dirigir CASINO ROYALE, demuestra su gran capacidad como artesano de la acción y el reciclaje. Habiendo dirigido la primera vuelta de Bond al cine moderno con GOLDENEYE de una manera mucho más cercana a la clásica, Campbell realiza CASINO ROYALE de una manera absolutamente distinta. Y muy eficaz. 
CASINO ROYALE se convierte en el Bond más taquillero de la historia, y convierte a la saga en la segunda más taquillera de la historia, por detrás de STAR WARS. 
Esto hoy en día es sinónimo de secuela. Así que los productores se ponen a la obra y le ncargan el proyecto a un director alemán conocido por su versatilidad a la hora de tocar géneros y tonos distintos. 

Marc Forster no es tan buen director como cierto sector de la crítica quiere hacer ver. MONSTERS BALL era buena, muy eficaz. DESCUBRIENDO NUNCA JAMÁS tenía mucha gracia, pero era excesivamente ñoña. No puedo hablar de toda su filmografía porque no la he visto. 
Pero esta claro que es un director al cual es arriesgado encargarle un film de acción de estas características. Es arriesgado pero no una locura.

A partir, de nuevo, de un guión de Paul Haggis; QUANTUM OF SOLACE es un film mucho más de acción que CASINO ROYALE, pero también mucho más soso y fallido a la hora de esas escenas de acción. Tienen mucha menos personalidad desde el punto de vista de la dirección, aunque están magníficamente orquestadas por ese genio que es Dan Bradley. Director de la segunda unidad.

Es acertado el haberlo hecho más corto y con más acción. Pero hay demasiados cortes, lo cual hace a las escenas menos creíbles, más televisivas. En ocasiones tanto corte hacen que esas escenas, carísimas, parezcan más baratas. 
El personaje de James Bond está menos aprovechado a pesar de las posibilidades que tiene. Aun así, Daniel Craig hace un trabajo fantástico, y lleva a muy buen sitio ciertas frases y situaciones. 

La actriz Ucraniana Olga Kurylenko no está a la altura de las anteriores chicas Bond, y se dedica a hacer lo que puede, y parece que es consciente de que no funciona. Aunque no todo es culpa suya, a petición de, supongo, el director, la actriz lleva durante todo el film un maquillaje por toda su piel para aparentar ser más morena de lo que es. Al ser demasiado obvio, resulta ridículo. 

Mathieu Amalric construye un buen villano. Pero de lo más típico, un villano sin la gracia de los de las películas antiguas. Todo hay que decirlo, ahí ha sido donde han fallado de algún modo estas dos últimas pelis de Bond.

Un film de acción debe ser encargado a alguien que sepa del tema, o por lo menos que sepa hacer encajar su visión con el director de segunda unidad, si es que va a tener y se va a desentender de las escenas de acción. Marc Forster no lo hace, a pesar de que lo intenta, y se nota que respeta la saga. Se nota que no está nada seguro, y se limita a ir por el camino más fácil y soso en muchos aspectos.

De todas formas, la película se hace amena y muy divertida. Con buenas persecuciones a pie y muchos tiros. Localizaciones de lo más curioso y algún que otro guiño a pelis anteriores, esa chica muerta en una cama cubierta de... petróleo.
 

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